Despuès de un corto pasaje por Canada, por Yukon, volvemos en Alaska a Haines para embarcarnos en el ferry hasta Prince Rupert en Canada. Es un viaje de 48 horas a travès de los fiordos, otra vez... Es difìcil entender la lògica de tanta frontera entre Alaska y Canada sin un mapa. Unos momentos antes de embarcarnos nos damos cuenta que no queremos dejar Alaska, asì que nos planteamos cambiar los billetes para descubrir los pueblitos de los fiordos. Que sencillo parece cuando no hay fechas a respetar... Paramos pues en Ketchikan, que està en (la isla) Revillagiggedo (uf!), un lugar famoso por el arte de los indios nativos, en realidad pensabamos que se trataba de un pueblito... poco a poco nos damos cuenta que es una verdadera ciudad, agitada, industrial, asaltado diariamente de cruceros con miles de turistas... esperamos no habernos equivocado! Ahì estamos a bordo de Manatuska, uno de los barcos de Alaska Marine Highway...

De las paradas del ferry no tenemos sino una vaga idea; Skagway, Juneau (la capital de Alaska, el ùnico estado Americano cuya capital no es accesible por tierra - se hacen una idea del puerto mirando la imagen de arriba a la derecha), Sitka (la primera capital del estado), Petersburg - son ciudades a las que se llega por el mar o el aire, y todas sugieren una vida tranquila en armonìa con la naturaleza! Islitas, glaciares, ballenas, delfines, el viaje nos sentò de maravilla, hasta el ejercicio del equipaje simulando una averìa en pleno mar nos parece interesante, hasta que oìmos el grito de la sirena : "abandon ship! abandon ship!" recibido con un cierto malestar general... no sabemos por que (hay que mencionar que estabamos encima de la falla San Andres, lo que le diò màs emociòn a la situaciòn)

Ketchikan - la guìa Lonely Planet dice en su primera frase: Si se quedan màs de media hora, veràn seguramente la lluvia; en la segunda frase: si los habitantes de Ketchikan se organizarìan en funciòn de la lluvia, la ciudad dejarìa de existir... empieza bien.... Encima descubrimos las colas de los cruceros que parecìan la Muralla China, soltando diariamente alrededor de 10 000 turistas; continua muy bien... Nos tranquilizamos rapidamente, los barcos sòlo se quedan unas cuantas horas y los turistas, en su mayor parte, ni bajan del barco, y los que lo hacen llegan raras veces màs allà de las joyerìas y tiendas de souvenirs. Despuès de las 5 horas, la muralla china desaparece, tambièn desaparece la agitaciòn, instantaneamente cualquier forma de actividad se apaga, es màgico! Habìamos venido para tres dìas, poco a poco descubrimos el encanto de la ciudad, de la isla, y prolongamos nuestras estancia con 3 dìas màs, y otras 3 dìas màs hasta que llegamos a pasar 12 dìas, saboreando la experiencia. Comenzamos a conocer la gente, nos damos cuenta que casì todos nos han visto, es difìcil pasar desapercibido. Lo que nos gusta es el equilibrio entre la civilizaciòn y la naturaleza salvaje, estilo Alaska...

Empezamos a descubrir la ciudad por los totems de diferentes "edades", algunos de cientos de años. Es un lugar donde la cultura y tradiciones de los indios (tlingit) se han conservado a pesar de la opresiòn desde hace siglos...

Los niños se divierten, es cierto que para ellos es una forma de arte muy lùdica; aprendemos a "leer" lo que cuentan los totems, desde abajo hasta arriba, son historias que hablan de momentos importantes en la vida de los indios, alegres o tristes, muchas veces implicando al "hombre blanco".

Los salmones bajo todos sus aspectos... El rìo del centro de la ciudad està lleno...no podemos evitar ponernos al lado de los pescadores y pescar desde el puente en pleno centro de la ciudad bajo la mirada admirativa de los turistas que logran traspasar las joyerìas. A medida que pasan los dìas vienen màs salmones, a veces es difìcil ver el agua! Nos quedamos estudiando mucho tiempo a los salmones que suben por las cascadas, que impresionante... En el camping desierto de la playa Matei pasa de por diferentes fases de la pesca, renuncia a la caña en favor de la red para finalmente coger a los peces directamente con la mano... luego se hace tan amigo de ellos que ya no quiere comer a ninguno, les soltamos a todos.En el ùltimo dìa nos ponemos todos a coger los salmones agotados y a ponerles en lugares màs tranquilos donde los osos no pueden llegar. Al lado nuestro, en el mar, 5 focas nadan detras de los salmones... En otro rìo observamos 5 osos tambièn pescando y deleitandose.

Nuestras playas en Ketchikan que parecìan privadas, tan desiertas estaban. Arriba la playa del camping (no se imaginen algùn guachinche u otras tiendas de campaña detràs, nooo... sòlo el bosque de lluvia - "rain forest" - màgico, con osos y lobos). Abajo a la izquierda la playa de otro lugar donde pasamos 7 noches (ilegalmente sin saberlo pero sin que nadie nos molestara); sòlo despuès del sexto dìa observamos un anuncio con "no overnight camping" (nadie a dormir por la noche!)...A la derecha otra playa donde (por màgia) habìa internet wifi.

Rain Forest - el bosque lluvioso - como se traduce? Los fiordos de Alaska son parte de la mayor Rain Forest del mundo. La humedad es tal que al menor rayo de sol nubes de vapores se desprenden de cualquier forma de vida viva o no. Una alfombra de musgo cubre absolutamente todo. Es difìcil ver la tierra, pisamos sòlo encima de estratos y estratos de madera podrida, musgo, champiñones... La intervenciòn del hombre està bienvenida, pequeñas pasarelas de madera cruzan delicadamente el bosque sin molestar la naturaleza felìz. Huele a osos en cualquier direcciòn, pero nos olvidamos de todo (hasta la campana salvadora) en este universo extraordinario. Nos sentimos pequeños y nos olvidamos del ruido habitual, sobre todo los niños que caminan susurando (por que no es asì en el camping-car?). Junto a los sequoia gigantes, el Rain Forest constituyen los bosques que màs nos han impresionado. Encima aquì hay un temor y una fascinaciòn, algo difìcil de describir.

Descubrimos pequeñas playitas que aparecen cuand hay marea baja.

Y la escuela??? Matei se gozò unas vacaciones de casì 5 meses... Al principio tenìamos grandes planes academicos, a saber: escribir y hacer un poco de matemàtica. el entusiasmo no durò mucho, pero por suerte la escuela es para ellos lo que ven dìa a dìa. A la izquierda arriba, clase de escultura en un taller de totems, a la derecha taller de taxidermia (gracias Louie!) encima nos vamos cargados con carne de lo que habìa cazado y pescado (todo el mundo caza y pesca - nadie va al super para comprar salmon o carne). Abajo a la izquierda es la clase de fisica optica, a la derecha: ciencias naturales. Y esto sin olvidar la geografia, historia e ingles que pasan desapercibidas.... Ahora Matei ya ha "vuelto" al cole, igual que Vlad de hecho, y en sus manuales figuran los totems de Alaska. Estuvieron muy sorprendidos los chicos que de los libros hay que aprender algo que ya han visto. Lo que ellos ven les parece divertido, un juego, nada que ver con "la escuela".Tanto mejor, si jugando pueden aprender! En todo caso Matei empezò el año escolar con ganas, nos espera por la mañana con los libros preparados (donde està el niño del año pasado?). Nosotros estamos encantados del cambio...

Nos vamos de Ketchikan por la mañanita, estabamos en una lista de espera con la secreta esperanza de no tener plaza; pero la tuvimos... lo que quiere decir que tenìa que ser asì. Los niños estàn muy tristes, se acabò con los salmones, osos y las playas fresquitas. Quizas algùn dìa volveremos para màs tiempo, para conocer màs de cerca la gente y probar un invierno... depende de nuestra movilidad profesional... Por ahora, damos las gracias a Ketchikan, gracias Alaska, estuvo de miedo, de veras!

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